A las pocas horas del secuestro de una niña el equipo llega a Ashburn, Virginia, para intentar localizarla lo antes posible. Aunque en principio no relacionan el caso con el de un niño desaparecido años antes, al que su madre no ha dejado de buscar, pronto se dan cuenta que en ambos casos las madres se despistaron en lugares públicos al oír la voz de una mujer que había perdido a su hijo. Comienzan a plantearse que el caso puede estar relacionado con una mujer que no mata a esos niños, sino que los quiere para quedárselos.